Casi todos tenemos a un jefe o
superior jerárquico a quien informar o trabajar para él, pero a veces sentimos
que sus actitudes, comportamientos, acciones y/o omisiones, pueden hacernos
sentir mal hasta dañar nuestra autoestima. Intentemos llegar a la raíz del por qué
sucede esto. Algunos piensan que ser el jefe es ser el malo porque se tiene que
hacer todo lo posible para cumplir objetivos, pero no comparto esta idea; otros
dicen que como te trato tu jefe tu trataras así a tus subordinados cuando
llegues a ese cargo –hasta a veces inconscientemente-
lo cual tampoco comparto pero sucede.
Entonces, ¿parece justificado que
queramos matar a nuestros jefes? La verdad no, estas actitudes no son buenas
para el clima laboral de la empresa, pero tampoco intento justificar a los
jefes que abusando de su poder creen que pueden decir lo que quieren y pedir lo
que quieran sin prever las dificultades o del porque de ciertos actos. Sonara
idealista, pero tu jefe debe ser tu amigo, y como tales debe existir la
confianza de decirle lo que sea en fin de tener una buena relación, así
también, si bien es cierto existe escalones jerárquicos no quiere decir que
debemos verlos diferentes ni tenerles miedo.
¿Aún queremos matar a nuestros
jefes, verdad? Intentemos conectarnos más con nuestro jefe y no ser emocional
al respecto, tratemos de hallar el porqué y tratar de entender por qué actúa él
o ella así –empatía-. No nos quedemos
callados tampoco, si creemos que alguna decisión no es la correcta, no es fructífera
o que tenemos una idea mejor, digámosla: Tratemos de crear una comunicación
asertiva. Un profesor me dijo “corazón caliente pero cabeza fría” lo que creo
se refería a que podemos ser sensible y emocionales pero debemos controlar
nuestros impulsos, no actuar con la primera idea que se nos viene a la mente,
debemos analizar la situación, y entre mas información tengamos la decisión que
tomemos será mejor.
Espero, algún día puedan decir
que aman a sus jefes, tal vez no sea cierto pero decirlo los hará sentir mejor.